Los fundamentos de la clínica. Paul Bercherie

El libro de Paul Bercherie es una historización de la estructura del saber psiquiátrico. El autor deja expresamente de lado la pretensión de un trabajo exhaustivo del tema, centrándose en los ejes conceptuales que dan cuenta de la dinámica de la historia de la clínica.

La hipótesis de base es que la construcción de un inventario de cuadros psiquiátricos diluye la clínica en una mera ilustración casuística que conduce al cierre y a la esterilidad conceptual. Pero también alerta sobre el riesgo contrario, es decir, un progreso en la comprensión y el tratamiento de problemas mentales que desdeñando toda nosología, y abandonando la experiencia clínica, conduzca a la desaparición de un saber positivo.

Este planteo es el hilo de Ariadna que lo conduce en su recorrido a través de la psiquiatría. Con un estilo claro y didáctico, logra exponer en forma critica la dinámica dialéctica propia a la constitución de este saber.

Parte del origen de la psiquiatría. Ella se inaugura con Pinel, para quien la esencia del cuadro clínico se encuentra en la materialidad del cuerpo enfermo. Su propuesta clasificatoria, como las de los otros autores que pertenecen a la Psiquiatría clásica, no se aleja de la observación. Es por eso que sus conceptualizaciones teóricas les sirven sobre todo como parámetros de orientación en sus investigaciones. El paso siguiente de la psiquiatría paulatinamente pasa a transformarse en una simple rama de la neurología. Las clasificaciones proliferan a costa de un empobrecimiento clínico. El nuevo salto teórico es el producto de la corriente psicodinámica, la que abre nuevas perspectivas. Pero la misma estructura interna de este saber doctrinario conduce a un nuevo impasse. Paul Bercherie deja en manos del psicoanálisis la posibilidad de nuevos desarrollos.

Si bien este libro puede resultar un manual de consulta (sobre todo por la cantidad de especificaciones en torno a momentos precisos de la psiquiatría), su lectura global permite la aprehensión de las metamorfosis de los distintos cuadros psiquiátricos a lo largo del tiempo, como así también la captación de la lógica interna que impulsa ese desarrollo. Las consecuencias terapéuticas que se desprenden de estos abordajes de la enfermedad mental tampoco son dejados de lado, lo que posibilita el reencuentro de antiguas practicas que todavía guardan su vigencia en la actualidad (tratamientos morales, reclusiones, reducción del paciente a un cuerpo enfermo, etc.).

Ahora bien, la preocupación de Bercherie por preservar la clínica lo conduce a sostener la necesidad de eliminar toda diferenciación diagnostica de estructura. Pero la distinción estructural neurosis-psicosis lejos esta de producir el sepultamiento de la clínica. La especificación en cada individuo del matiz particular de su estructura destaca la distancia abismal que existe entre la articulación de una estrategia del deseo, del exilio en la metonimia significante, siendo este un paso fundamental en la dirección de la cura.

* Publicado en El Criticón 3, Madrid, 1988, pp. 62.