Presentación del “Caso Wagner”

Durante el transcurso de una noche de 1913, el maestro Wagner, persuadido que los habitantes de Mülhausen sur Enz -comunidad en la que había enseñado- habían destruido su buena reputación a través de rumores malvados, ataca al pueblo y dispara y mata a todo aquel que se cruza en su camino. En esa ocasión se considera una especie de Mesías, el superhombre perseguido que castiga al mundo.

Lacan señala en su tesis[2] -p. 58, nota 19, y p. 91- que este caso ocupa un lugar muy importante en la discusión psiquiátrica alemana de la época en relación a la causalidad y la evolución de la paranoia. Es un ejemplo del “delirio de relación de los sensitivos” analizado por Kretschmer, que muestra cómo el tipo sensitivo “suele invertirse momentáneamente y actuar como el expansivo” en el momento de su pasaje al acto homicida (señalado por Lacan, p. 91), lo que se aproxima al análisis del caso Aimée. Por otra parte, la remisión del delirio de Wagner, analizado por Graupp, concierne a la cuestión de la curación en Aimée. Lacan incluye el caso del pastor Wagner entre “los casos de la literatura que muestran una congruencia evidente con el nuestro” (p. 243).

Lacan rechaza en su tesis la idea kraepeliniana que el sistema delirante es “imposible de quebrar”, es decir, la imposibilidad de curación. Por otra parte, constata que Kraepelin, en su edición de 1915, admite casos curables con la persistencia de una paranoia latente, aunque rechaza la autonomía de la paranoia aguda. La curación es una de las características que propone para el tipo clínico de la paranoia de autopunición. Retoma así el análisis de los psiquiatras franceses (la “paranoia aguda” aislada por Trénel y las “forrmas débiles” examinadas por Sérieux y Capgras) y de los alemanes (la “paranoia benigna” analizada por Friedmann y la “paranoia abortiva” descrita por Graupp) que van en ese sentido. Sigue así los lineamentos del análisis de Kretschmer sobre el “delirio de relación de los sensitivos ” en Paranoïa et Sensibilité.

Este tipo de delirio es considerado por Kretschmer como una variedad clínica de la paranoia que se caracteriza por sus causas, su forma y evolución. A diferencia de la concepción kraepeliniana de la paranoia, este delirio incluye : ideas imprecisas y confusas que ciertos enfermos expresan sobre su relación con el entorno ; una inquietud difusa que concierne a su situación en la sociedad y su apreciación por parte de los otros ; interpretaciones múltiples, a veces contradictorias. Por otra parte, sigue la concepción de los “complejos” de Bleuler, y señala la acción de los “complejos de matiz sensitivo”.

Lacan retoma a Kretschmer en su tesis por su análisis de dos puntos fundamentales : la paranoia como reacción de la personalidad y la paranoia como momento de su desarrollo, es decir, por el cuidado que toma en el análisis de la historia del enfermo. El acento está puesto sobre el valor reactivo de la enfermedad frente al medio social, que permite suponer la curación del enfermo o la remisión del delirio a medida en que cambian las condiciones externas de la vida del enfermo.

Graupp publica entre 1914 y 1921 una serie de artículos sobre el pastor Wagner, y muestra las etapas sucesivas de la evolución de su enfermedad. Después de haber sido conducido por su delirio al homicidio de 14 personas de su pueblo, incluyendo a su esposa y sus cuatro hijos, su delirio pasa por diferentes momentos. Primero considera que los homicidios eran una “liberación” para él, porque se sentía perseguido y no soportaba la burla de la gente. En relación a eso, una falta de origen sexual y el sentimiento de insuficiencia frente a la exigencia del ideal se presentan como la fuente de las alusiones que percibe en relación a él. Después de la lectura de los primeros trabajos de Graupp publicados luego de pronunciado el no-lugar en su peritaje, rechaza ser tratado como un enfermo y pide ser ejecutado puesto que es un criminal ; al mismo tiempo se produce la emergencia de un delirio de grandeza. Pero a continuación se produce una rectificación de sus ideas delirantes. Comienza a escribir tragedias que considera de un alto valor literario, lo que le permite objetivar su enfermedad, orientándose “hacia las aguas navegables de la psicología normal” (Kretschmer, p. 15). Lamenta haber matado personas inocentes, salvo a su familia, y permanece más o menos interpretativo. La curación aquí en juego equivale a una remisión de su delirio de persecución y a la creencia que tiene una misión imprecisa fundada sobre su sufrimiento particular.

En su análisis, Graupp señala primero que no hay un déficit intelectual o afectivo ; por otra parte, la enfermedad no es progresiva, sino que hay una corrección de las ideas delirantes. Según Kretschmer, si bien el enfermo conserva su predisposición al delirio, el cambio del medio social y de las experiencias vividas luego de su internación, produce un cambio de sus ideas delirantes, incluso la remisión del delirio.

La modificación delirante en Aimée luego de su arresto confluye en cierta manera con el caso Wagner. En los dos casos se podría señalar el “valor reactivo” que produce las variaciones del delirio. Pero en Wagner la crítica de su delirio se produce en el transcurso de veinte años de internación, sin nunca cambiar lo bien fundado del homicidio de su familia. Por el contrario, la “curación” en Aimée se produce después del pasaje al acto homicida. Una corta estadía en prisión le permite darse cuenta que atacó a una persona inocente y su delirio desaparece. Esto lo conduce a Lacan a establecer que su caso es una paranoia de autopunición, puesto que en la medida en que al golpear se golpea, produce una satisfacción de la pulsión autopunitiva que la libera de su delirio.

Publicado en: El Caldero 57, Buenos Aires, 1997.

NOTAS

  1. Presentación publicada en “Sept références introuvables de la thèse de psychiatrie de Jacques Lacan”, Les Documents de la Bibliothèque de l’Ecole de la Cause freudienne Nº 1, 1993.
  2. J. Lacan, De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad (1932), Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 1987.