La erotomanía

“¿Cuál es el lugar de los idealistas pasionales en la nosología?”, Maurice Dide, Journal de Psychologie normale et pathologique, 1913, p.302-310.

El desencadenamiento de la psicosis de Aimée indica un punto de ruptura con el período de “bovarismo”[1]. Aparece un nuevo orden del mundo. Este orden delirante tiene una doble vertiente: persecutoria y de grandeza. La primera se expresa en ideas de celos, de perjuicio y en interpretaciones delirantes típicas. La segunda se manifiesta en un idealismo reformador, en intuiciones vagas de tener que cumplir una gran misión social y, por último, en una erotomanía sistematizada sobre un personaje real.

Para Lacan, se trata de una psicosis con un “tema francamente erotomaníaco”, aunque no se encuentra la segunda fase del delirio que comporta el postulado clásico de Clérambault: “él me ama”. Se apoya, pues, en el análisis de la erotomanía propuesto por Dide al subrayar que “la característica mayor del platonismo se muestra aquí con toda la nitidez deseable”[2].

El tema de la erotomanía fue estudiado sobre todo en Francia por dos autores: Dide y Clérambault. A pesar de que los dos parten de la distinción clínica entre delirio de interpretación y de reivindicación, el punto de divergencia esencial de sus trabajos es la sexualidad. Estas dos formas de delirio, aunque funcionan según un mecanismo diferente, están determinadas por una constitución paranoica.

Dide, tanto en su estudio Los idealistas pasionales (1913) como en el presente artículo, opone la interpretación pasional a la interpretación delirante, tanto por sus fundamentos afectivos como por su génesis intelectual. Define la pasión como “inclinación fija” en la que se agrupan los reivindicadores, que se distinguen del período de rumia más o menos prolongado de los interpretadores. Distingue el juicio afectivo del juicio racional. Los idealistas se dividen en idealistas del amor, de la bondad y los de la belleza y de la justicia.

El ideal ocupa un lugar preponderante en la teorización de Dide. Establece que la duración de los estados pasionales está determinada por el idealismo puesto que produce la fijeza del sistema, y que la intensidad es una función de la pasión. ¿Cómo distinguir entonces la pasión normal de la patológica?. Pregunta que responderá en el artículo presentado a continuación: “¿Cuál es el lugar de los idealistas pasionales en la nosología?”.

Según Dide, la pasión es una “enfermedad” que puede aparecer en cualquier sujeto fuera de su estado psicopatológico. Todo hombre guarda en sí un cierto grado de idealismo. La diferencia entre la normalidad y lo patológico es cuantitativa, se sitúa en el exceso de fuerza de los mecanismos normales. El ardor en la realización de un ideal puede volverse patológico. En cambio, para Clérambault el rasgo distintivo es el postulado inicial.

Lacan aísla en el caso Aimée una “erotomanía homosexual” y una “erotomanía heterosexual”.

Para la “erotomanía homosexual” retoma la concepción de Dide puesto que considera que las mujeres que simbolizan el ideal de Aimée forman parte de su idealismo pasional. La serie de mujeres se inicia con la hermana mayor y su “complejo fraterno”. Lacan explica esta sustitución por la acción de un “desconocimiento sistemático”.

En cuanto a la erotomanía heterosexual, presenta dos aspectos. El primero, con P.B., Pierre Benoit, es analizado desde el punto de vista de Clérambault. El segundo, con el Príncipe de Gales, es el tema francamente erotómano a la manera del “platonismo” de Dide (es una figura benévola que la protege).

Así, tanto en la erotomanía homosexual como en el platonismo hacia el Príncipe de Gales es revalorizada la acción del ideal. La sexualidad es incluida en el examen de la erotomanía dirigida a Pierre Benoit.

La erotomanía platónica de Dide es retomada por Lacan en la medida que le permite acentuar la acción del ideal, que no debe ser confundido con el ideal bovárico situado antes del desencadenamiento de la psicosis.

En 1929, Dide corrige su concepción en lo relativo a la sexualidad. En el tratado Psychiatrie du médicin practicien (escrito en colaboración con Guiraud), distingue los “pasionales egoístas” (categoría que incluye a los reivindicadores y a la erotomanía pura descrita por Clérambault) de “los idealistas pasionales” (místicos del amor, que no sueñan nunca con el deseo y para quienes la virginidad es la norma). Se sustrae así de su antigua querella con Clérambault al separar dos tipos de erotomanía.

Publicado en: El Caldero 72, Buenos Aires, 1999.

NOTAS

  1. El análisis volcado a continuación fue extraído de S. Tendlarz, Aimée con Lacan. Acerca de la paranoia de autopunición. Buenos Aires: Lugar editorial, 1999. Véase también J. Lacan, De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. Buenos Aires: Siglo Veintiuno, 1987.
  2. J. Lacan, De la psicosis paranoica…, op. cit., p. 154.