Introducción y discusión a las memorias de un neurópata

por Ida Malcapine y Richard A. Hunter

Introducción de Silvia E. Tendlarz

En 1955 Ida Malcapine, junto a su hijo, Richard Hunter, traduce las Memorias del Presidente Schreber al inglés. El texto consta de una “Introducción” que presenta las coordenadas del caso, y de una “Discusión” crítica en la que retoma el artículo que ambos publicaron en 1953 en Psychoanalytical Quartely llamado: “The Schreber Case. A contribution to schizophrenia, hipocondría and psychosomatic symptom-formation”.

Reproducimos a continuación tanto la “Introducción” como la “Discusión” qu fueron comentados por Lacan. Éste s un proyecto desarrollado en el contexto del trabajo que se realiza en el Seminario del Campo Freudiano de Valencia sobre el escrito de Lacan “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”.

1. ¿Quién es Ida Malcapine?

Ida Wertheimer nació en Nuremberg el 19 de junio de 1899. Luego de la Primera Guerra Mundial comienza sus estudios de medicina y obtiene su doctorado en 1925. Ante el avance del nazismo emigra en 1933 con su familia a Inglaterra. Durante la Segunda Guerra Mundial trabaja en el hospital psiquiátrico de Lancashire y se casa con G. Malcapine en 1941. Luego de la muerte de su marido emigra a Londres en 1948 y comienza su trabajo en psicoanálisis. Sobre el final de su vida abandona el psicoanálisis y se ocupa a escribir estudios eruditos sobre la historia de la medicina y de la psiquiatría.[1]

Tres términos caracterizan su trabajo teórico: transferencia, psicosomática y psicosis. Y, curiosamente, Lacan retomó sus trabajos, aunque desde una perspectiva diferente, en cada uno de estos dominios. Partisana de la Egopsychology contra sus contemporáneos kleinianos, su punto de mira dentro del psicoanálisis permanece sumiso al discurso médico y psiquiátrico.

Gran parte de su trabajo clínico tuvo relación con pacientes con trastornos psicosomáticos dado su puesto como psiquiatra en un servicio externo de dermatología. Desde esta perspectiva aborda la psicosis. Le reprocha entonces a Freud el no haber analizado los síntomas somáticos de Schreber y el no haberle dado su justo lugar a los trastornos hipocondríacos, centrales, a su entender en estos casos.

Ahora bien, este prejuicio le otorga la clarividencia señalada por Lacan en su crítica de la homosexualidad como factor etiológico de la psicosis, pero al mismo tiempo la conducen a extraviarse en una teorización que deja de lado el lugar del padre. Sitúa entonces el origen de la psicosis en la perturbación producida por el fantasma de embarazo que existe tanto en hombres como en mujeres. Al igual que en el “síndrome del prurito anal”, creado por ella, en la psicosis emergen este tipo de fantasmas que se caracterizan por ser prefálicos, asexuales, sin una referencia al padre y a la castración. Esto es la consecuencia de una identificación con la madre que procrea, es decir que elimina la presencia de un tercero.

En el adulto normal estos fantasmas permanecen inconscientes; en la psicosis pasan a la conciencia y son tomados como la realidad en los delirios; y en el paciente que padece el prurito anal son sobreinvestidos pero sin alcanzar a la conciencia sino que se transforman en síntomas físicos.

Su lectura de las Memorias de Schreber reproduce el análisis sectorizado por sus propios prejuicios que le critica a Freud. Así, por ejemplo, Lacan señala la particularidad su hallazgo de la palabra “to deliver”, que coincide con sus expectativas, ausente en el texto original; sus especulaciones acerca del número 9, que dan cuenta de los meses de embarazo; o cómo el Sol, símbolo del padre del texto freudiano, se vuelve una entidad abstracta, asexuada, una Substancia Vital que encuentra sus fuentes en una “cultura heliolítica” (al mejor estilo junguiano).

2. ¿Por qué Ida Malcapine?

Lacan retoma el comentario de Ida Malcapine sobre Schreber al final de su Seminario III y luego al comienzo de su artículo “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. Deviene así una especie de eslabón entre uno y otro.

En la medida en que en la discusión de Ida Malcapine lo que es puesto en cuestión es tanto la causalidad de la psicosis como el lugar del Padre en el análisis de Freud, su comentario le permite a Lacan continuar el recorrido que lo lleva a formalizar la forclusión del Nombre-del-Padre en la “Cuestión preliminar”.

Por otra parte encontramos dos vectores diferentes en la confrontación Freud-Malcapine analizada por Lacan:

1) Lacan con Malcapine contra los desarrollos que se desprenden de la teoría freudiana de la homosexualidad latente en la paranoia: “Su crítica del cliché que se confina en el factor de la represión de una pulsión homosexual, por lo demás enteramente indefinida, para explicar la psicosis, es magistral, y lo demuestra a saciedad en el caso mismo de Schreber. La homosexualidad, supuesta determinante de la psicosis paranoica, es propiamente un síntoma articulado en su proceso” (p. 526).

2) Lacan con Freud en la referencia la padre contra la elucubración de Malcapine acerca del fantasma de procreación asexuada: “Más le hubiera valido fiarse de la razón por la que Freud también aquí se obstina en una referencia al Edipo que ella no encuentra de su agrado” (p. 526).

De esta manera, Lacan retiene la agudeza de la crítica de Malcapine y trata de explorar sus consecuencias. Es por ello que señala también que su análisis la vuelve a llevar a los mismos puntos de impasse que encuentra en la teoría psicoanalítica. Así, si bien Ida Malcapine señala la dificultad en la que se encuentran los analistas para distinguir el tratamiento de la psicosis y de la neurosis, el rasgo de incertidumbre con respecto al sexo que subraya en la psicosis la reintroduce en la histeria. Lacan es quien se encargará en este artículo de distinguir neurosis y psicosis y de invitar a un tratamiento posible de la psicosis que se distinga de la dirección de la cura en la neurosis.

Silvia Elena Tendlarz
París, enero de 1993

Publicado en: Introducción y discusión de las Memorias de un Neurópata, Eolia, Barcelona, 1993.

NOTAS

  1. Estas informaciones provienen del proyecto D.E.A. que Marcel Eydoux prepara en la actualidad en el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de París VIII.