Owen y sus imágenes

Acerca de la affinity therapy

Owen es un joven autista de 23 años que tiene un gusto particular por las películas de Disney. Durante su infancia pasaba gran parte de su tiempo frente a la pantalla mirándolas una y otra vez. La repetición de las imágenes y de los diálogos ponen en juego lo visual y el sonido de modo tal de volverlas imágenes sonorizadas.

Escuché el testimonio de Owen durante el Coloquio Affinity Therapy en Rennes y allí explicó que de niño no entendía qué decían las películas pero que le gustaba el color y las expresiones exageradas. La repetición de las mismas películas le daba seguridad porque sabía qué sucedería. Es más, agregó, “Las películas no cambian, por eso las quiero, pero yo cambié”. Y es verdad, Owen cambió. De la repetición pueden surgir cosas nuevas tal como lo pone en evidencia el devenir de este joven.

En sus primeros años Owen deja de hablar, deja de usar las palabras que ya conocía y se sumerge en un profundo silencio. Su padre, Ron Suskind, premio Pulitzer obtenido por sus libros sobre política, da testimonio de la historia de su hijo en el libro Life, animated. Las numerosas consultas que se originan entonces lo conducen a un diagnóstico de autismo atípico. Pero algo se mantiene estable a lo largo de los años: su “pasión”, su afinidad por las películas de Disney. Los padres se preguntan entonces si deberían sacarle esa “obsesión”, término utilizado por los Manuales diagnósticos para nombrar las conductas repetitivas y estereotipadas de los niños autistas. Deciden no despojarlo de su punto de interés.

Un cálido y lluvioso sábado por la tarde de noviembre, como lo escribe su padre, algo sucedió. Owen disponía de una palabra que era “jus“, y ese día, como desde hacía algunas semanas, se pone a murmurar “juicervoice, juicervoice“. Cornelia, la madre, supone entonces que Owen pedía más jugo, pero el niño lo rechaza. En ese momento Owen estaba mirando “La sirenita”, como más de una docena de veces antes, en donde la bruja del mar va cantando como una diva y le dice a la sirenita que le dará su amado a cambio de su voz. Lo particular era que no veía toda la película sino que se detenía reiteradamente en el momento en que está cantando “Pobres almas en desgracia”. Avanzaba, y retrocedía la película para volver a escuchar la canción. A la cuarta vez Cornelia dice que no es jugo lo que pide sino que su hijo repite “Just your voice“. La sirenita perdió su voz en el momento de la transformación y eso le sucedió a su silencioso hijo, escribe Ron. El niño que perdió su voz vuelve a hablar nuevamente, y en ese momento le dirige al padre la mirada teniendo el primer contacto real con él.

Este encuentro azaroso le permitió a Ron y a Cornelia tomar su afinidad hacia las películas de Disney para intentar ponerse en contacto con él a través de la repetición de los diálogos. La familia entera comienza a hablar la lengua Disney y los padres junto a Walt, el hermano, escenificaban las películas, con la misma entonación, y Owen les contestaba respetando el libreto de la película. Así abordaban las cuestiones que se presentaban en la vida cotidiana.

Como lo indica Eric Laurent, Cornelia se orientó en su interpretación en el acontecimiento de cuerpo que acompaña el “juicevoice” que repite Owen: un júbilo fascinante frente a la imagen.

Tenemos así la imagen, la voz y el cuerpo: las imágenes sonorizadas y la pregnancia de la repetición de la misma imagen junto con una frase que funciona como holofraseada, a la manera de las frases espontáneas que en el autismo dan cuenta de la iteración del Uno de goce. Y junto con ello un acontecimiento de cuerpo: el júbilo que expresa la marca en el cuerpo de la cesión del objeto voz al animarse a hablar. Todo esto forma parte de la relación que establecen algunos autistas con las imágenes con la modalidad de la iteración.

El uso de un aparato video para la repetición tiene también su importancia puesto que Laurent señala que es uno de los registros en que se presenta el Uno de la letra en el autismo y que le permite hablar, escribir o representarse una imagen de diversas formas.

La terapia de afinidad dirigida por Don Griffin, su terapeuta, que se desprende del respeto por los intereses específicos permiten que el niño vaya paulatinamente creando paulatinamente algo nuevo a partir de la repetición. Así, Owen aprende a leer y a escribir, se aproxima a sentimientos que mantenía a distancia, e introduce variaciones con los que va desplazando su encapsulamiento autista.

En el colegio Cape Cod que actualmente concurre, Owen creó el Disney Club: sus treinta y cinco miembros hablan la lengua Disney, y allí encontró a su actual novia. Y algo más: Owen dibuja los personajes de Disney, sin héroes, tan solo personajes secundarios y él se vuelve el protector de los compañeros en los que son todos iguales.

En su testimonio Owen dice que las pasiones abren un camino al mundo. Owen encontró el suyo.

BIBLIOGRAFÍA

  • Laurent, E., “Variedades del baño del lenguaje en el autismo”, (próxima aparición).
  • Suskind, R., Life, animated, Gale, USA, 2014.
  • Tendlarz, S., “Resonancias del Coloquio Affinity Therapy“, Cita en las diagonales, 2015.