Liegen lassen

El liegen lassen, traducido como “dejar plantado”, es un término de la lengua fundamental de Schreber que nombra su experiencia subjetiva en relación a Dios, y da cuenta así de la forclusión del Nombre del Padre[1]. Este término es correlativo al desencadenamiento de la psicosis y su ulterior reconstrucción delirante.

1. El “dejar plantado” del Dios de Schreber

En el esquema I del estado terminal del delirio schreberiano Lacan ubica el “dejado de la mano del Creador”[2] del lado lado del matema M, del lado de la madre, lugar de la simbolización primordial, que asintóticamente se une al yo delirante aunque en forma descentrada. Ahora bien, ¿por qué en este delirio aparece la madre como modelo de Dios?

Schreber experimenta que Dios deja plantada a la criatura y bombea rayos divinos para después alejarlo. Esta descripción se aproxima al Fort-Da de la madre simbólica propia del estadio del espejo. Antes del desencadenamiento Schreber se sostiene de la identificación imaginaria a los ideales maternos. La eclosión de la psicosis produce la regresión tópica al filo mortal del estadio del espejo. Cuando cae de su identificación imaginaria, sostén de su mundo, se produce una disolución imaginaria, entra en una confusión ansiosa y se refugia en la casa de su madre. Aparece entonces la idea de “A falta de ser el falo que le falta a la madre le queda la solución de ser la mujer que le falta a los hombres”[3]. Pero esta solución es prematura y la resolución del delirio se estabiliza con la identidad otorgada por “ser la mujer de Dios” a partir de la ecuación Girl/Phallus indicada por Lacan . Pasa así de la indignación a la reconciliación en la medida en que queda enlazado a Dios.

Eric Laurent indica que existen identificaciones que no se deducen de la significación fálica ni están garantizadas por el Nombre del Padre y le permiten al sujeto mantener una identificación ideal[4]. La realización de los ideales maternos le permiten a Schreber sostenerse durante cincuenta años. Pero el mecanismo forclusivo es anterior y en el momento de desencadenamiento de la psicosis el delirio lo retoma a través del liegen lassen como experiencia subjetiva que enlaza la madre a Dios.

2. Identificaciones imaginarias y signos discretos de forclusión

En la psicosis ordinaria las identificaciones imaginarias también pueden sostener la vida del sujeto aun cuando aparezcan puntos discordantes o pequeños signos que permiten el diagnóstico de psicosis bajo transferencia. El sujeto puede experimentar un sentimiento de vacío, de intrusión o de inferioridad, incluso cierta vaguedad no dialectizable como manifestaciones discretas del fenómeno forclusivo, pero no experimentan un “dejar plantado” a la manera de Schreber una vez desencadenada su psicosis. Las suplencias que se producen a través de distintos anudamientos impiden el franco desencadenamiento.

Jacques-Alain Miller indica que Schreber disponía de una identificación compensatoria frente a la forclusión del Nombre del Padre hasta la confrontación con Un Padre con la nominación a su cargo de Presidente de la Corte Suprema[5] (5). El liegen lassen es la expresión de la caída de sus identificaciones y de la concomitante discontinuidad que se produce en el curso de su existencia.

En la psicosis ordinaria el compensatory make-believe (un hacer creer compensatorio) del Nombre del Padre[6] funciona a la manera de la neurosis, con la elasticidad necesaria que impide el desencadenamiento clínico frente a las contingencias que podrían perturbar su anudamiento. Las identificaciones permiten mantener un lugar en el mundo de distintas maneras. Miller indica que se presentan como una identificación negativa social que expresa un misterioso desamparo, una identificación positiva social que lleva a una fuerte insistencia en su trabajo o en lo social, e incluso una identificación como desecho.

En la medida en que se trata de una cuestión de intensidad, de más o de menos, se mantienen sin que experimenten un “dejar plantado” a la manera de Schreber, es decir, presentan puntuales desenganches y enganches sin un franco desencadenamiento. Los montajes entre los tres registros los sostienen más o menos en forma estable en la medida en que funcionan como un tapón frente a la forclusión del Nombre del Padre.

Después del liegen lassen Schreber logra armar un montaje diferente a partir de los tres registros que produce que en lo simbólico se vuelva el garante del orden del mundo del lado del Ideal, junto al goce transexualista en relación a su propia imagen.

¿Qué hubiera pasado con Schreber si hubiera estado en análisis antes del desencadenamiento de la psicosis? ¿Hubiera podido mantener sus identificaciones imaginarias bajo transferencia sin quedar “plantado de la mano del Creador”? Esta pregunta clínica nos interroga en nuestra práctica como analistas.

NOTAS

  1. Lacan J., “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, Escritos, Siglo Veintiuno, México, 1976, p. 545
  2. Idem, p. 553.
  3. Idem.
  4. Laurent, E., “Seminario sobre la Cuestión preliminar”, Psijoanaliza 4, Israel, junio 1998, p. 29.
  5. Miller, J.-A., “Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria”, El Caldero 14, Buenos Aires, 2010.
  6. Idem, p. 19.